“El gran problema de la comunicación es que, no escuchamos para entender, escuchamos para replicar”

Hablar sobre salud mental resulta una tarea muy difícil para muchos. El miedo radica en que no siempre se confía en las personas, pero de ser así siempre existe el miedo de ser juzgado o criticado y eso pesa mucho.

La verdad detrás del “estoy bien”

Regularmente cuando alguien nos pregunta “¿cómo estás?”, hemos adoptado la norma de responder “estoy bien”; una acción contundente que hacemos porque la verdad es que no podemos contarle a todo el mundo sobre nuestros verdaderos sentimientos. Es verdad que no con todos podemos decir “no me siento bien”, “estoy deprimido” …y aunque lo intentáramos muy pocos oídos, manos y abrazos intentarán alcanzarnos.

“Sé amable porque toda persona que conoces está librando alguna batalla”

En este momento, seguramente, alguien de tus conocidos, amigos o familiares podrían estar pasando por algún momento complicado, pero prefieren mantenerlo en secreto porque difícilmente encuentran a alguien que pueda escucharlos activamente. Tenemos la costumbre de sacar conclusiones precipitadas, dar consejos, comparar situaciones e incluso problemas, lo que disminuye la capacidad de escuchar. Y, claro, yo también preferiría cerrarme a abrirme, ya que eso desanima mucho. 

Si estás luchando con tu salud mental, recuerda que pedir ayuda es un signo de fortaleza, no de debilidad. Hablar con un profesional, un amigo o un familiar de tu entera confianza puede ser el primer paso hacia la recuperación. La salud mental es una parte esencial de tu bienestar general, y merece la misma atención y cuidado que cualquier otra forma de salud.

Con abrazos que alcanzan,

Carmen.