¿Comprar para sentirme bien y luego peor?
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octubre 30, 2024
Como cada año, el Buen Fin hace su aparición como “la oportunidad perfecta” para encontrar descuentos irresistibles y darnos esos gustitos que tanto habíamos esperado. Vemos ofertas increíbles y parece no haber mejor momento para realizar esa compra. Nos emocionamos, nos sentimos empoderados, satisfechos y hasta eufóricos, pero, ¿qué pasa después?
Cómo nos mentimos
“Para eso trabajo”
“Si no aprovecho ahora, quizá no pueda después”
“Para eso es la tarjeta, ya lo voy pagando poco a poco”
“Me lo merezco”
Esas son algunas de las frases que nos decimos para justificar nuestras compras, muchas veces, compulsivas. Es fácil entender que comprar puede hacernos sentir bien -al menos en el momento-, porque esta actividad libera dopamina, un neurotransmisor que se activa cuando hacemos cosas que nos generan placer o satisfacción, y si a eso le sumamos la adrenalina de conseguir una “gran oferta”, la emoción se multiplica. Adquirir algo nuevo nos da una sensación de logro y control.
Arrepentimiento y ansiedad después de comprar
Después de toda esa excitación de la compra, la euforia empieza a disiparse. De repente esa bolsa con nuestras compras ya no brilla como al inicio, y la realidad nos golpea. El empoderamiento se va y la culpa y la ansiedad, incluso el arrepentimiento, nos invaden. Pensamos entonces que ese dinero gastado se pudo destinar para algo más esencial y esa deuda en la tarjeta de crédito empieza a preocuparnos.
Si compras, que sea consciente
Cuando utilizamos el acto de comprar como una forma de escapar de una emoción incómoda: estrés, tristeza o soledad, etc; esa sensación seguirá ahí, una vez que se haya ido el efecto de la dopamina. Por ello, es importante encontrar un equilibrio y practicar el consumo consciente. Aquí te comparto algunos consejos:
- Haz una lista previa de lo que realmente necesitas y fija un presupuesto.
- Cuestiona tus emociones: reflexiona sobre lo que compras.
- Evita sentir la presión del Buen Fin, recuerda que habrá más oportunidades.
- Practica el autocuidado buscando nuevas actividades que te ayuden a sentirte bien y no solo comprar.
Recuerda, el verdadero bienestar no está en las cosas que compramos, sino en cómo cuidamos de nuestras emociones, pensamientos y relaciones.
Porque te lo mereces,
Carmen.
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