La salud sexual y la salud mental están estrechamente conectadas y forman un delicado equilibrio que tiene un gran impacto en nuestro bienestar. Imagina que la mente y el cuerpo son una pareja de baile, ambos deben estar en sintonía para lograr moverse correctamente y con gracia. Cuando uno de los dos pierde el ritmo, claramente el otro tambalea. Es así como sucede con la salud sexual y mental: la armonía entre ambos es esencial para vivir una vida plena y satisfactoria.

La salud sexual requiere un enfoque respetuoso y positivo de la vida en relación con la sexualidad y las relaciones sexuales. Todxs deberíamos de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de coerción, discriminación y violencia.

Muchas veces solemos pensar en el sexo como algo que sucede en nuestro cuerpo, pero gran parte de nuestra vida sexual ocurre en nuestro cerebro. De ahí la importancia de entender que, para todos los géneros, nuestros sentimientos y pensamientos juegan un papel esencial en la excitación y su mantenimiento.

Este 4 de septiembre, Día Mundial de la Salud Sexual, se busca sensibilizar y promover la sexualidad como un aspecto esencial del ser humano, que debe contribuir al bienestar físico, mental y social. También, que las personas dejen los estigmas de lado y en caso de necesitar, o creer que necesitan, busquen ayuda; ya que muchas personas por vergüenza, no acuden a especialistas.

Cuidar nuestra salud mental es esencial para gozar de una vida sexual saludable. La ansiedad, la depresión u otros problemas relacionados con nuestra salud mental pueden dificultar la relajación suficiente para tener o disfrutar del sexo, porque una persona que lucha con este tipo de padecimientos, rara vez piensa en el sexo. 

Nunca es tarde para buscar alternativas y apoyo para tratar de nutrir esta parte importante de nuestra vida. Recuperar la sexualidad como un aspecto esencial de nuestra salud mental debería ser una de las principales prioridades. Nutrir diariamente esta relación entre mente y cuerpo, es permitir que ambos se apoyen mutuamente en este delicado y hermoso baile de la vida.

Baila bonito y despéinate,

Carmen.